Con anterioridad comprendimos que la iluminación no solo se trata de alumbrar. Ahora bien, un complemento grandísimo a este tema es el color de los espacios. ¿Qué color va mejor con la sala, el almacén, el cuarto?.
En primer lugar debemos entender que el color no existe. En efecto, todo color se debe a la cantidad de luz, e Isaac Newton lo comprobó al poner un prisma de cristal en medio de una luz blanca. El resultado fue que del otro lado la luz se descomponía en los seis colores del arcoíris: rojo, verde, naranja, amarillo, azul y violeta. Pero si no existe, que es lo que vemos se preguntará. Pues son la respuesta de la cantidad de luz que nuestros ojos son capaces de procesar, por ejemplo los perros no pueden diferenciar todos los colores que un ser humano logra ver.
Con esta pequeña explicación física se comprueba qué el color es una sensación. Entonces pregúntese, ¿qué sensación quiero causar en ese espacio en particular? Empecemos con lo elemental.