viernes, 5 de octubre de 2012

Casa del Árbol

Vivir en una casa de la densa trama que forman los barrios residenciales de Tokio, puede parecerse a vivir en un árbol. El árbol se adapta plásticamente a las condiciones del entorno en el que crece; tiene muchas ramas, y es, en sí mismo, el contexto de actividades desarrolladas a escalas más pequeñas pero no menos variadas. Sin embargo, el aspecto más intrigante de los árboles es que son estructuras cuyas partes conservan sus rasgos específicos, pero que, a la vez, establecen fuertes lazos entre sí, aunque no estén envueltas por ninguna membrana común.
Esta condición se advierte cuando, por ejemplo, dos personas sentadas en ramas diferentes de un árbol se ponen a conversar: cada una ocupa un lugar con sus propias características, pero se comunican a través de una estructura compartida por ambas.

Llegar a una experiencia semejante ha sido el propósito del proyecto. Concebida como un árbol, la casa se estratifica en muchas y pequeñas plataformas ligadas entre sí mediante un único espacio fluido, que dota de continuidad al conjunto. Este modo de organización hace posible que el interior pueda experimentarse de dos maneras: bien como un único y extenso recinto, bien como un conjunto de habitaciones diferentes que pueden agruparse con discrecionalidad para dar una respuesta adecuada a los distintos programas. A ello contribuye la disposición del mobiliario —que puede utilizarse para acotar recintos y garantizar su privacidad—, y de los tramos interiores de escaleras —que pueden usarse como pequeñas gradas que vinculan unos espacios con otros—.

Pese a su afinidad biológica, la casa no se parece a un árbol. Por el contrario, su enfático color blanco y su rectilínea estructura de acero ponen en evidencia su condición de objeto artificial posado en la ciudad, aunque su organización, sus escalas diversas y el modo de relación corporal que propician sus espacios interiores puedan aludir, en cierto sentido, a las ricas experiencias sensoriales que nuestros antepasados remotos tuvieron cuando habitaban allá arriba, en los frondosos árboles.

http://www.arquitecturaviva.com/Cms/Items/ItemDetail.aspx?ID=3717

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