Llegar a la oficina en días calurosos puede convertirse en un castigo diario si es que ésta concentra el calor y no tiene una buena circulación de aire; El ambiente puede volverse pesado y oloroso, lo cual cansa más rápido, causa fatiga y para quienes recién entran, genera un rechazo inmediato y una mala imagen para la empresa.
Aquí, algunas recomendaciones a tomar en cuenta:
Color: De ser posible, evitar totalmente los colores oscuros. Los tonos claros: blancos y pasteles ayudan a que el calor no se concentre.
Abrir y cerrar ventanas: Abrir las ventanas al comienzo del día y al finalizar la tarde hasta antes que el sol haga de las suyas. En horas de extremo calor: de 10 a 4 de la tarde, es preferible mantenerlas cerradas para que ese frescor no se desvanezca.
Cortinas: Las persianas son las más adecuadas, pues además de dar un toque de elegancia, su material no concentra tanto calor como lo hacen las cortinas de uso común.
Distribución de aparatos electrónicos: Todo dispositivo electrónico genera aire caliente, por lo que la correcta distribución en el espacio colabora para que exista una correcto flujo tanto de las personas como del ambiente.
Ventiladores o aire acondicionado: Si la oficina tiene aire acondicionado está de suerte. De no ser así, comprar los ventiladores pequeños y colocarlos en su escritorio ayuda a bajar la temperatura de 3 a 4ºC.
Olor: Que cada persona prenda un incienso solamente colabora para que el aire tenga una mezcla terrible de olores. Lo ideal es distribuir por toda la oficina ambientadores electrónicos de una misma fragancia, para que estos automáticamente cada cierto tiempo expulsen el aroma.
Plantas: Tener plantas de sol ayuda a que éstas absorban el calor y a tener un decorado más sintonizado con la naturaleza.
Finalmente, el aseo personal es un elemento que hay que tener muy presente y que influye en el ambiente de la oficina.
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