viernes, 13 de enero de 2012

La Casa de la Cascada – Frank Lloyd Wright

La Casa de la Cascada, la Casa Mito, la obra residencial por excelencia del siglo XX, es el efectismo máximo en obra de arquitectura, de gran belleza, que aparentemente y debido al impacto buscado por Wright nos deslumbra pero que precisamente por eso, y  debido a su interés, debemos de tratar de analizar con perspectiva no artística, sino desde la integridad de la buena arquitectura y su eficacia.

Partiendo de una gran admiración tanto por el arquitecto como por la belleza de la obra, es por lo que la emplazamos como Obra de Arte y por lo que le hace daño a la Historia de la Arquitectura si se la analiza como Obra Arquitectónica, entendiendo que esta solo puede ser aquella que es poética, suma indisoluble de Verdad (constructiva), Bondad (funcional) y Belleza (razón geométrica).

El trinomio paisaje, agua y arquitectura evoca necesariamente a la Casa de la Cascada o Fallingwater, la casa que Frank Lloyd Wright diseñara para el comerciante y filántropo Edgar J. Kaufmann en 1935, en Pennsylvania, Estados Unidos.

La Casa de la Cascada, la residencia privada más famosa del siglo XX, pretende  armonizarse con su entorno natural proponiendo una sucesión de volúmenes que dan la impresión de levitar sobre el agua.

Pero aquí buscamos, analizamos y hacemos crítica de arquitectura, no de puro efecto sensitivo alejado de la Calidad con mayúscula, que huye siempre de esa facilidad para deslumbrar.
La Casa de la Cascada sigue los principios de  la ” Arquitectura orgánica” enfatizados por el autor en su escuela y estudio Taliesin. Básicamente consiste en integrar en una unidad (edificación) los factores ambientales del lugar, uso y función, materiales nativos, el proceso de construcción y el ser humano o cliente.

Lo que nos interesa de cada edificio y nuestro punto de reflexión es saber a que nivel son auténtica arquitectura, como identidad entre estructura, forma e imagen, y es lo que buscamos en el análisis de la obra de Wright aparte del “espectáculo” de belleza gratuito del cual obviamente está colmada. Nos preguntamos si la forma es apropiada a la función, si la escala es apropiada a la forma y la función, si el orden constructivo es el adecuado y los materiales responden al lugar.
Obra muy conocida, mítica y por eso mismo objeto y necesidad  de una crítica justificada en la labor social de esta crítica cuando es verdadera, para poner en cuestión el mito asociado inevitablemente a la falta de espíritu crítico.

La gran obra plástica de Wright, es una escultura más que arquitectura en si misma gracias entre otras cosas a sus voladizos, que maravillan en el lugar y en las fotografías pero que son más efectistas que estructurales.

Autócrata artístico, ha llegado a ser el arquitecto populista por excelencia, consecuencia también de la soberbia autopromoción que el mismo hacía de su trabajo, como en la presentación pública de la Casa de la Cascada, evidenciando su audacia y voluntad de romper fronteras en todos los frentes, demostrando al mundo su soberbia unidad de una casa y una cascada.

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